Arrancaron los 'citizens' henchidos de confianza, protagonizando un monólogo estéril que apenas inquietaba a los de Nuno Espirito Santo, parapetados en su campo para salir al contragolpe.
Comandados por Neves y Moutinho, los 'wolves' fueron armándose de argumentos hasta discutirle la posesión a un Manchester City, que no lograba asentarse en el Molineux Stadium.
Apenas se había alcanzado el ecuador de la primera parte, cuando se vivió el minuto loco en Wolverhampton. Raúl Jiménez, en posición antirreglamentaria, batió a Ederson tras un grosero error de Kompany.
Anulado el tanto, Agüero replicó, pero su zapatazo se estrelló en la cepa del poste. Segundos más tarde, Sterling exigió la mejor versión de Rui Patricio para evitar el 0-1 con un excelso vuelo sin motor.
El vistoso intercambio de golpes se tradujo en un correcalles que duró hasta el descanso, donde Guardiola reajustó su esquema en aras de desnudar a Nuno Espirito Santo.
Sin embargo, el Wolverhampton sorprendió al Manchester City y golpeó primero tras la reanudación. Boly envió al fondo de las mallas un centro medido de Moutinho, desatando al euforia en las gradas locales.
El central anotó un gol que no hubiera subido si la Premier League contase con el VAR, pues en la repetición se aprecia sin lugar a duda que el balón entra empujado por la mano del zaguero.
Aunque logró empatar el encuentro en el 68' gracias a un martillazo de Laporte, el Manchester City se topó una y otra vez con Rui Patricio y la desesperación fue haciendo mella en el vigente campeón.
Primer tropiezo del curso de Guardiola, que se deja dos puntos en el Molineux Stadium en la tercera jornada, ante un recién ascendido que demostró hechuras de equipo sólido y competitivo.