El Olympique de Marsella-Nantes fue un despropósito para los locales, y acabó con un esperpéntico gol, el cual acabó marcándose en su propia portería el zaguero español Álvaro González.
La jugada comenzó de la peor forma posible, con un error de Mandanda a la hora de blocar un balón que parecía sencillo. El balón rebotó hacia Simon, quien se relamía ante la posibilidad de hacer el tercer gol del partido.
Pero no lo marcó él. Mandanda, a la desesperada, se le echó encima y el balón salió rebotado hacia Álvaro, quien no se lo esperaba. El balón le pegó y acabó entrando en su propia portería.
Fue uno de esos goles que, si te los marcan en el FIFA, acabas estrellando el mando contra la pantalla. De esa forma terminó un partido para olvidar del Olympique.