Se especuló mucho sobre la posibilidad de que fuera sancionado por faltar el respeto al estamento arbitral, pero el Comité de Competición ha dejado impunes sus palabras.
El juez instructor que se ha encargado de valorar las declaraciones habría concluido el caso al asegurar que las palabras de Roig eran, simplemente, un "ejercicio de libertad de expresión sin intención de herir sensibilidades".
La polémica surgió a causa de una mano de Roberto Soriano dentro del área que Gil Manzano dio como penalti... sin señalar una infracción muy parecida de Marcelo en el área blanca.