Será el más grande, pero nadie le puede achacar a Leo Messi una falta de humildad. El argentino vivió un curioso caso con uno de esos fichajes 'galácticos' que hizo el Barcelona en la última etapa de Rijkaard. No se atrevía a mirar a la cara por respeto a uno de sus nuevos compañeros.
No era otro que el galo Thierry Henry. El ex del Arsenal llegó al Barcelona tras años de éxito en la Premier League y un por entonces jovencísimo Messi dio muestras de su timidez y prácticamente no se atrevió a saludarle.
La leyenda 'gunner' fue saludando uno a uno a todos los jugadores del equipo azulgrana en su estreno en el Camp Nou y, pese a que Messi ya era considerado uno de los futbolistas más importantes de la primera plantilla, el argentino fue el que reaccionó con más timidez.
"Cuando entró al vestidor no podía mirarlo a los ojos, sabía todo lo que había conseguido en Inglaterra", explicó el rosarino.
Con los años, ambos forjaron una gran amistad y compartieron uno de los mejores años de la historia en el equipo azulgrana, el del famoso 'sextete' de títulos. Tras la retirada de Henry, Messi le agradeció por todos los momentos vividos juntos con unas bonitas palabras de despedida: "Amigo, nunca olvidaré los lindos momentos que vivimos juntos. Fue una suerte haber jugado con vos y te deseo lo mejor. Un abrazo".