El derbi de Asturias es del Oviedo, el derbi de Asturias es del Cuco Ziganda. Primera victoria de la temporada para los 'carbayones' de la forma más dulce, ante el Sporting. No hubo respuesta gijonesa a la idea de partido que plantearon los locales, que salió a la perfección.
Este no era otro que confundir a David Gallego. El entrenador venía triunfando gracias a un esquema de defensa férrea y contras asesinas que no pudo poner en práctica en el Carlos Tartiere. Se vieron obligados sus pupilos a llevar la iniciativa y no se les dio bien.
Aitor García no encontró huecos para percutir, Cumic pasó desapercibido, Pedro Díaz hizo lo que pudo y Javi Fuego no estuvo nada fino -un penalti y casi un gol en propia puerta-. El peso de la zona medular recayó sobre el brillante Manu García, que fue de más a menos. Arriba, Djuka se veía obligado a tirar desde lejos y forzado, una manera en la que no podía mostrar el bombardero que es.
Quien sí que estaba excelso era Babin. Sostuvo al Sporting en los tramos en los que el Oviedo bombardeaba el área o bloqueaba todo disparo rival que pasaba por su radar. Unos de Leschuk -gran debut-, otros de Nahuel, alguno de Obeng, pero no el de Tejera desde los once metros.
El capitán fue el encargado de premiar el buen planteamiento de los suyos. En una contra poco antes del descanso, Javi Fuego derribó a Sangalli y él, con un tiro raso y suave al centro, superó a Mariño. La mínima ventaja le vino de perlas al Cuco Ziganda, que gestionó tan bien el 0-0 como el 1-0.
A David Gallego, por contra, le salía mal todo. Ni cuando su equipo pudo jugar más a la contra, como le gusta, encontró el camino del gol. Muy pocas ideas en ataque, muchos desajustes atrás -a excepción de Babin- y una mala actuación en general-la primera que no se salda con victoria de la temporada- que terminó con un derbi asturiano más para los 'carbayones'.