El Deportivo de La Coruña apagó al Linares en seis minutos en la segunda mitad (4-0) y se citará con el Albacete de su ex técnico Rubén de la Barrera el próximo sábado, de nuevo en el Estadio Abanca-Riazor, por una plaza en Segunda División.
El ambiente no amilanó al equipo jiennense, que salió decidido a hacer daño al Deportivo y que tuvo vida hasta que los coruñeses le tumbaron. Llegó a Riazor con 700 aficionados en la grada contra más de 25.000 blanquiazules y fue un equipo atrevido, que acarició el gol con un remate de Etxaniz en los inicios del choque. Lo frustró con una gran intervención Mackay.
El delantero azulino y Carnicer volvieron a probar al guardameta antes del cuarto de hora. El Deportivo se veía superado por un rival con las ideas muy claras, que buscó la presión, la verticalidad y la amplitud.
A falta de remates entre los tres palos, los coruñeses reclamaron un penalti de Barbosa a Villares que el árbitro no consideró a falta de diez minutos para el descanso. Descontó uno el colegiado. En él, Fran Lara despejó con las manos un disparo de Quiles y esta vez, ante las protestas de los andaluces, sí se señaló el punto fatídico. El delantero onubense no falló.
El Linares tuvo la opción de equilibrar el marcador a los 62 minutos con una falta lateral que defendieron mal los gallegos. Etxaniz metió el pie, superó por arriba a Mackay y Héctor Hernández despejó bajo palos.
Los blanquiazules le penalizaron con tres goles en seis minutos para sentenciar la eliminatoria, primero con una gran jugada de Mario Soriano, quien se fue de tres jugadores y batió a Razak; después, con un disparo lejano de Álex Bergantiños y, por último, con un remate de Quiles tras otra jugada del centrocampista cedido por el Atlético de Madrid.
El sábado 11 de junio, a las 18 horas, de nuevo en Riazor, el Deportivo y el Albacete lucharán por el ascenso a Segunda en la vuelta de Rubén de la Barrera a su ciudad, a su casa, un año después de que el club gallego no le hubiera renovado.