El Dépor vuelve a coquetear con el descenso y a salvarse

El equipo coruñés inició el curso con Gaizka Garitano en el banquillo tras haber despedido a Víctor Sánchez del Amo una vez concluida la temporada 2015-16.

Las aguas que bajaban revueltas en el vestuario y que habían provocado la destitución del preparador madrileño se fueron poco a poco calmando a pesar de que el principal quebradero de cabeza de Víctor, el portugués Luis Carlos Correia, 'Luisinho', se quedó en el equipo.

Garitano debutó con una remontada ante su anterior equipo en Primera División, el Eibar (2-1), gracias a la actuación de Lucas Pérez, que dio una asistencia y provocó y anotó un penalti para dar al Deportivo los tres primeros puntos del año.

El coruñés, referente en el conjunto blanquiazul, ya no disputó la segunda jornada, ante el Betis (0-0), e hizo las maletas para ser traspasado al Arsenal inglés por veinte millones de euros cuando el mercado estival daba sus últimos coletazos.

El Deportivo trató de paliar su marcha con la incorporación de Álvaro Vázquez, que acabó en el Espanyol tras haber pasado reconocimiento médico con el conjunto coruñés, y finalmente incorporó en los últimos minutos del mercado al gallego Joselu Mato, cedido por el Stoke City.

El recambio de Lucas empezó y acabó su etapa en Riazor con muy mal pie. Se lesionó en su debut, en la tercera jornada, por una dura entrada de Raúl García, y el Deportivo sin Lucas estuvo tres partidos sin ver portería, hasta que convirtió en la quinta jornada ante el Leganés, que le propinó el primer golpe serio (1-2) en Riazor.

Los blanquiazules contrataron al holandés Ryan Babel, que estaba sin equipo, y le fueron poniendo en forma poco a poco, hasta convertirle en un jugador fundamental en los planes de Garitano, al que dio el segundo triunfo del curso a última hora en la séptima jornada, ante el Sporting de Gijón (2-1).

Al decimotercer partido del curso, los blanquiazules, que empezaron a contar con los goles del rumano Florin Andone, llegaron con un balance de dos victorias, cuatro empates y siete derrotas, algunas muy dolorosas, a última hora, como ante el Sevilla (2-3) o el Málaga (4-3), que además fueron consecutivas.

Con Garitano ya en situación comprometida, diciembre alivió los problemas del Deportivo con una goleada ante la Real Sociedad (5-1), un partido de tú a tú ante el Real Madrid (3-2), que volteó el marcador en los últimos instantes, la cuarta victoria de la temporada (2-0 ante Osasuna) y el pase a octavos de final de la Copa del Rey frente al Betis antes de Navidad.

En las vacaciones, el Deportivo encajó otro golpe fuera del césped, el de la marcha de Ryan Babel, que había firmado hasta el 31 de diciembre y aprovechó su recuperación para incorporarse al Besiktas turco.

Garitano no se recuperó de esa salida por más que el equipo se reforzó con otro holandés, Ola John, y el francés Gael Kakuta, que en absoluto contrarrestaron la marcha de Babel.

El Deportivo fue eliminado por el Alavés en la Copa del Rey y, entre Liga y Copa, el equipo acumuló nueve partidos sin ganar, lo que llevó a la destitución de Garitano a finales de febrero tras un 4-0 en Leganés (cuarta derrota seguida).

Desembarcó en el conjunto coruñés el técnico madrileño Pepe Mel, que asumió el cargo con dos puntos de ventaja sobre el descenso y un partido menos por el aplazamiento de la jornada ante el Betis, si bien cuando debutó ante el Atlético de Madrid le había alcanzado ya el Granada, entonces antepenúltimo clasificado.

La llegada del nuevo técnico fue un revulsivo en los primeros partidos, en los que empató ante el Atlético de Madrid (1-1), superó una final ante el Sporting (0-1), igualó con el Betis (1-1) y derrotó, sorprendentemente, al Barcelona (2-1).

Desde entonces, las líneas del Deportivo volvieron a torcerse con una derrota en el derbi gallego (0-1) ante el Celta de Vigo, una goleada en Valencia (3-0) y partidos flojos ante el Granada (0-0) y el Sevilla (4-2).

El pobre rendimiento de sus perseguidores le allanaron el camino, hasta el punto de que una victoria ante el Málaga (2-0) el 15 de abril le dejaba casi salvado (aventajaba en 9 puntos al descenso y quedaban seis partidos).

Sin embargo, el Deportivo alargó la tortura, perdió en Anoeta (1-0), fue goleado por el Real Madrid en Riazor (2-6) y desperdició sus dos primeras opciones para certificar la permanencia de manera matemática, primero ante un ya descendido Osasuna (2-2) y, después, ante el Espanyol (1-2).

El equipo empezó a verse en peligro, pero su empate (0-0) en Villarreal (mismo escenario y misma jornada en la que había asegurado la permanencia un año antes) le sirvió para asegurar su continuidad en la élite, refrendada después por una goleada (3-0) a la UD Las Palmas para despedir la temporada.

Fue una de las pocas alegrías que dio el Deportivo este curso, aunque no fue completa. Ese partido no solo se jugó en el césped, sino también en la grada, con división de opiniones para despedir otra temporada en la que los coruñeses, que tenían expectativas más altas, acabaron salvando el expediente con lo mínimo.

Carlos Alberto Fernández