El pequeño de seis años demostró al mundo cómo es posible sonreír desde el calvario. Bradley nos enseñó a minorizar los problemas realmente irrelevantes y a luchar aunque no queden fuerzas. A caminar siempre hacia adelante.
Ni en sus peores momentos se rindió y siempre mostró su mejor cara. Pero si hubo un día en el que Bradley le dedicó al fútbol la mayor de sus sonrisas fue el pasado 14 de diciembre, cuando el Sunderland, el club de su vida, se volcó con él e hizo del partido ante el Chelsea una fiesta a la altura de tal gigante.
Sin duda, ese día fue uno de los más especiales que vivió el pequeño Bradley. El 'gato negro', la mascota del equipo, le invitó al estadio para presenciar el choque de Premier League, pero la noche acabó siendo totalmente impresionante para él.
Conoció a los jugadores en el vestuario, calentó con ellos antes del choque, les enseñó sus mejores trucos a los futbolistas del Sunderland y también compartió un buen rato con un rival, Diego Costa.
Llegado el inicio del choque, Bradley saltó al césped en los brazos de su ídolo, Defoe. Saludó a los jugadores del Chelsea y se marchó, entre una gigante ovación, para ver el partido desde un palco. Aunque, sin duda, uno de los mejores detalles con él lo tuvo la Premier League.
Bradley, durante el calentamiento, le lanzó un penalti a Begovic. El meta 'blue' se lanzó hacia el otro lado y el balón besó las redes. Un tanto por el que este pequeño luchador fue nombrado como 'Autor del gol del mes de Diciembre' por la Liga Inglesa. Un gol que marcamos todos los aficionados al fútbol.
Por hacernos ver el lado más bonito de la vida y el más humano del fútbol, gracias. El Sunderland tendrá un héroe en el cielo eternamente. Hasta siempre, campeón.