Cuesta imaginar que en pleno siglo XXI selecciones como la de Malta, San Marino o Andorra logren esquivar ya no una derrota, sino incluso la goleada ante una superpotencia como Alemania en un enfrentamiento oficial.
Pero, por extraño que parezca, un día, los malteses fueron capaces de, a su manera, evitar el triunfo de los germanos en el choque de clasificación para la Eurocopa de 1980 que enfrentó a ambos en suelo maltés.
Malta llegaba tras perder 7-0 ante Gales en el estreno y aquel partido, que vivió un lleno absoluto, tenía como objetivo que los malteses pudieran ver a los Rumenigge, Maier, Fischer, Allofs o Toppmöller. Ni el más optimista soñaba con un resultado positivo para el pequeño país ante la que acabaría proclamándose campeona de Europa poco tiempo después.
Sin embargo, por inverosímil que parezca en los parámetros actuales, Malta sacó partido de una serie de circunstancias para conseguir un 0-0 que aún es uno de los marcadores más prestigiosos de la historia del país.
Para empezar, los malteses tuvieron una pizca de suerte, pues Alemania no tuvo su día y el portero de Malta, Sciberras, cuajó un partido perfecto. Pero, además, los locales se adaptaron mejor al terreno de juego en el que se disputó el choque, de arena y con poterías extrañas y más parecidas a las de fútbol sala que a las de un partido internacional de fútbol.
Pese al aspecto del campo y a lo extraño de todo lo que rodeó el choque, el partido fue oficial y el empate se celebró en Malta como el mayor triunfo de la historia del combinado nacional. Más de 3 décadas después, los malteses aún no han sido capaces de igualar una hazaña que, dada la profesionalización del fútbol, no hubiera podido tener lugar en la actualidad. No al menos en unas condiciones de juego como aquellas del 25 de febrero de 1979.
Malta 0 - Alemania 0 de 1979
Malta 0 - Alemania 0 de 1979
Malta 0 - Alemania 0 de 1979
Malta 0 - Alemania 0 de 1979
Malta 0 - Alemania 0 de 1979