El Sevilla quiere luchar este año por el campeonato liguero. Lo dejó claro en Balaídos, dejando muestras de que puede competir a un gran nivel, después de conseguir la clasificación para los octavos de final de la Champions el pasado miércoles en Lyon.
La llegada de Sampaoli supuso un cambio en los automatismos del cuadro hispalense a principios de temporada, pero después de que la plantilla asumiese el cambio táctico que supuso el fichaje del técnico argentino, el Sevilla se muestra más fuerte que nunca, queriendo ser una de las leyendas del Olimpo español.
La primera mitad fue un intercambio de golpes. No hubo tregua alguna, y tanto Ben Yedder como Iago Aspas se encargaron de que el encuentro se convirtiese en un ida y vuelta, en un correcalles. Además, Sergio Rico y Rubén tuvieron que aparecer para que el marcador no se desnivelase a las primeras de cambios.
La ocasión más clara llegó por medio de N'Zonzi sobre la media hora de juego. Centro desde el costado derecho del 'Mudo' Vázquez y el mediocentro francés envió el balón al larguero.
N'Zonzi se erigió como la pieza clave de los primeros 45 minutos, apareciendo en ataque y en defensa, cortando de raíz varias ocasiones peligrosas del Celta. En el Sevilla, Nasri y Franco Vázquez fueron la mejor pareja de interiores que podría encontrar Sampaoli para su equipo. Determinación y liderazgo, amparados por el francés.
Esencial la entrada de Iborra
En el descanso, como si de una aparación divina fuese, Sampaoli dio entrada a Iborra por Pareja, sin saber que sería el hombre del partido. En el minuto 51, tras un saque de esquina del conjunto hispalense, emergió la figura del centrocampista, uno de los especialistas del Sevilla a balón parado.
El Celta defendió mal el córner, Rubén se quedó a media salida, e Iborra abrió el marcador. El mediocentro valenciano actuó de héroe, como cualquier dios griego, al más estilo Perseo. El hijo de Zeus en la mitología griega se sirvió de Pegaso, y aniquilando a Medusa, salvó a todo un pueblo.
Iborra hizo lo mismo, pero el sevillista se sirvió de un balón y rescató al Sevilla. El cambio táctico de Sampaoli fue clave para decantar el partido. Unos minutos más tarde, una gran asistencia de Vitolo permitió a Iborra, de nuevo, firmar su doblete personal y sentenciar el choque.
Ya en el descuento, un penalti cometido sobre Correa fue de gran utilidad para que Iborra anotase su 'hat trick' particular. El conjunto hispalense se llevó los tres puntos de Balaídos, avisando a Barça y Madrid: el Sevilla está aquí, y ha llegado para quedarse.