El 7 de junio de 2014 los jiennenses perdieron por 2-3 contra el Deportivo Alavés, hoy en Primera División y finalista de la Copa del Rey ante el Barcelona, y ahí comenzó una espiral que lo ha llevado a la última categoría nacional.
Pero si la situación deportiva ha tocado fondo, la económica es preocupante y casi límite, porque el Real Jaén tiene una deuda de seis millones de euros.
Además, no le paga a los futbolistas y empleados desde hace seis meses y tiene embargadas las cuentas por la Agencia Tributaria debido a que la sociedad anónima no cumplió el calendario de pagos acordado tras la salida del concurso de acreedores.
Tomás Membrado, propietario de la entidad desde hace un mes y medio, ha asegurado en sus comparecencias públicas que en caso de bajar Tercera División el club no desaparecería y que se afrontará un proyecto para regresar a Segunda División B.
El próximo jueves tomará posesión como presidente en la junta general de accionistas que se celebrará en el estadio de La Victoria y en la que se tratarán asuntos importantes sobre el futuro de la entidad.