El Barcelona se jugaba LaLiga en el Vicente Calderón y el técnico asturiano decidió alinear a los mejores, ya sea por nombre o por trabajo. Mathieu sorprendió al penetrar en el once titular de Luis Enrique y Rafinha sustituyó a André Gomes. Rakitic se quedó en el banco, pero el croata iba a ser la moneda de cambio de Andrés.
El 'Dulce' de Fuentalbilla estuvo lento en las decisiones y en los movimientos. La facilidad con la que dirige y mueve el esférico faltó a orillas de un Manzanares que estuvo a punto de darle la última estocada al Barcelona en LaLiga. Pero no, Messi rescató a unos 'culés' faltos de ánimo.
Las lesiones han agotado la progresión de un Iniesta que necesita tiempo de recuperación. Desde su vuelta, el centrocampista español influye menos en el juego de un Barcelona que siempre siente su fútbol. Da menos pases (diez menos cada noventa mintutos), recupera y regatea menos que antes de sufrir el 'K.O' en la Copa del Rey.
Siempre es extraño ver cómo Iniesta es sustituido, pero Rakitic entró y el Barcelona logró llevarse los tres puntos hacia la Ciudad Condal. Temporada amarga.