El Eibar prácticamente se aseguró la continuidad en Primera División al derrotar a un Espanyol que no pudo dar una alegría a su afición tras el descenso del Camp Nou.
Se esperaba que los 'pericos' rindieran mejor sin presión, pero finalmente ganó el único que lo necesitaba y lo hizo después de que los de Rufete repitieran errores que se han convertido en repetitivos a lo largo de toda la temporada.
El inicio del choque fue bastante igualado. El Eibar parecía esperar su oportunidad y tampoco veía con malos ojos el empate, sobre todo teniendo en cuenta el complicado partido que tenía por delante el Mallorca en Sevilla después.
Los de Mendilibar, con un once poco ofensivo para sus costumbres, repitieron la prudencia exhibida ante el Leganés y aprovecharon su oportunidad para decantar el choque.
No tuvieron que hacer demasiado. Un penalti infantil de Víctor Gómez, al que casi nadie encontró explicación, lo transformó Edu Expósito para poner en ventaja a los suyos.
El partido parecía casi seguir un guion. Bernardo repitió penalti absurdo, esta vez revisado por Del Cerro Grande en el VAR, y Edu Expósito repitió lanzamiento y lugar. Lo adivinó Diego López, pero no pudo hacer nada para evitar el 0-2 en el rechace.
Calleri, como hizo durante todo el partido, fue el único que tuvo algo de amor propio. Estuvo cerca del 1-2 con un chut desde dentro del área que se estrelló en el palo y con un cabezazo que casi complica a Dmtrovic.
Con esas dos acciones llegó el descanso y, tras el mismo, las cosas siguieron igual. El Espanyol sacó algo más de vergüenza torera y volvió a buscar con insistencia el gol, mientras el Eibar ya prácticamente solo se dedicó a mantener la ventaja.
De nuevo, solo Calleri generó un sobresalto en la bien plantada zaga 'armera', que aguantó el resultado y se llevó un triunfo que prácticamente vale la salvación.