El Benevento soñó con arrancarle algún punto al tercer clasificado de la Serie A, pero sus opciones se esfumaron en varias decisiones arbitrales. Fue una serie de catástrofes que terminaron por condenar al colista del campeonato italiano.
El encuentro entre el Benevento y el Inter se puede narrar como una historia trágica para unos y feliz para otros. Todo comenzó -y sucedió en la segunda mitad- cuando el árbitro no pitó un claro penalti de Ranocchia sobre Cataldi. El centrocampista le dio un leve toque al balón para que el defensa entrara en la trampa, pero el que no picó fue el colegiado. Fue claro y pudo significar el 0-1.
El arbitro no pitó penalti en esta acción pic.twitter.com/VTlpJoxcuF
— La Voz del Calcio (@lavozdelcalcio) 24 de febrero de 2018
Cuando pasó la hora de partido, Spalletti decidió quitar a un Rafinha que estrenó titularidad en el Inter y, curiosamente, al minuto después marcó Skriniar. El defensa llegó como un cohete tras el saque del córner para batir a Puggioni con un potente cabezazo. Segundo jarro de agua fría para el Benevento.
Como un cohete llegó Skriniarpic.twitter.com/K1uu8LAczI
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El protagonismo lo tenían los centrales. Por si fuera poco, el que cometió el penalti no pitado por el árbitro logró hacer el segundo gol para el Inter, el que significó la sentencia para un colista desquiciado. En dos minutos, dos goles de dos centrales.
Ranocchia poniendo el segundo ante Benevento. Los centrales vistiéndose de delanteros. 2-0 pic.twitter.com/Tj5JxW8sas
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Para abrir la herida, el Benevento sufrió una expulsión cuando faltaban todavía nueve minutos más el añadido para el final. Viola vio la segunda amarilla, quizá por la rabia, y tuvo que acabar en vestuarios antes de tiempo. La historia de cómo el poder del rico está por encima del pobre...