Nadie dijo que sería fácil afrontar la temporada para Almirón y su nuevo Elche. Pero, de momento, la maquinaria funciona, a pesar de los pocos fichajes, de tener una plantilla en construcción y de su planteamiento defensivo, que hace más difícil si cabe conseguir marcar y, por tanto, ganar partidos. Ante un equipo como la Real Sociedad, parece complicado que funcione, pero en Ipurua salió a la perfección.
En el duelo de necesidades ganaba el Eibar, con solo un punto en su haber tras dos derrotas consecutivas. Mendilibar no logra levantar el vuelo de un equipo con dudas en casa y mejores sensaciones a domicilio, pero que sigue sin puntuar para alejarse de la quema del descenso. La afición de Ipurua era mucho, y este año los 'armeros' sufrirán sin ella por la permanencia.
Con Boyé -en su primera titularidad- y Tete Morente, el Elche salió con las ideas claras a Ipurua, y al fin con Almirón en el banquillo tras sus problemas con la UEFA. La primera media hora sirvió de tanteo, aunque ayudó para ver al japonés Muto en acción, junto a su compatriota Inui. El Eibar quería ser protagonista, y lo fue con el balón, pero sin incomodar demasiado a Édgar.
El gol de Lucas Boyé terminó de confirmar al Elche en su planteamiento del encuentro. El delantero cogió un rechace dentro del área y, a la media vuelta, la colocó al palo de Dmitrovic. Imparable. Su primer gol como ilicitano y tres puntazos de oro. Pero para sellar la victoria había que sudar de lo lindo en la hora de partido aproximadamente que restaba.
Mendilibar y el Eibar no pararon de chocarse contra el muro defensivo del Elche. También contra sus propias limitaciones, pues el cuadro vasco tiene problemas en la creación. Se quedó sin ideas para sorprender al Elche, que utilizó cloroformo para dormir el partido y llevarse al Martínez Valero los tres vitales puntos.
Antes, tras el descanso, Expósito tuvo en sus botas el punto de inflexión en forma de penalti que pudo cambiar por completo el devenir del choque. Pere Milla tocó con el brazo en la salida de un córner y el centrocampista del Elche, 'a lo Panenka', golpeó por encima del travesaño. Incomprensible. El cabreo de Mendilibar era monumental... y con razón.
El partido fue muriendo y con él la ilusión de remontada de un Eibar parapetado en campo rival. Kone, el nuevo fichaje del Elche, entró y Raúl Guti tuvo el 0-2 a pocos centímetros de su cabeza. Finalmente, los de Almirón no dejaron escapar una victoria crucial para el objetivo de la salvación. El Eibar, a seguir remando contracorriente.