La escena no es nueva. Ancelotti ya apagó el incendio hace semanas, y arregló el enfado del francés con un beso. Pero hoy, ante el Anderlecht en el primer partido de la fase de grupos de la Champions, no ha sido posible.
No le gustó a Ribery ver su dorsal en la tablilla, y fue mascando su enfado hasta que salió del campo. Entonces, en lugar de darle la mano a su entrenador, se quitó la camiseta y la tiró.
Un gesto que no ha gustado nada a los aficionados del Bayern, que entienden que a sus jugadores les moleste ser cambiados, pero que no toleran que se desprecie de ese modo los colores del club.
Angry Franck Ribery throwing his shirt after he was subbed off! #FCBRSCA pic.twitter.com/uyaadhzBMo
— Home Bayern (@HomeBayern___) 12 de septiembre de 2017