Ocurrió en el Corea del Sur-Siria de las eliminatorias asiáticas del Mundial 2018. Koo Ja-Cheol y Alaa Al Shbli peleaban por un balón cuando ocurrió lo siguiente.
Se fueron al suelo y no se levantaron. El realizador se dio cuenta de lo que pasaba y captó la escena con un plano corto.
De alguna forma difícil de entender y aún más de explicar, los cordones de sus respectivas botas se engancharon con los tacos y quedaron irremediablemente unidos.
A diferencia de los tradicionales 'enganchones', no hizo falta que los compañeros les separasen, y el árbitro no les mostró una amarilla a cada uno. Se desataron las botas ellos solitos y quedaron libres para seguir jugando. Fascinante.