Los 'pross' arrollaron a su rival por 0-6 en un partido que tuvo que ser detenido por el comportamiento de un sector de los hinchas locales y que ha provocado que la UEFA abra procedimientos disciplinarios.
El día después del encuentro, el presidente de la Asociación Búlgara de Fútbol (BFU), Boris Mihailov, renunció a su cargo, una decisión que había sido solicitada con firmeza incluso por el primer ministro del país, Boyko Borissov.
Balakov dijo tras el partido que no había escuchado ningún insulto racista y se quejó del comportamiento de los aficionados visitantes, pero terminó por disculparse a través de un correo electrónico enviado a los medios a última hora del martes.
"Condeno firmemente y rechazo el racismo como una norma de conducta que contradice las relaciones humanas modernas. Es un prejuicio que pertenece al pasado y que debe ser erradicado para siempre. Quiero decir algo claro: dado que hubo insultos por este motivo, yo, como seleccionador nacional, me disculpo con los futbolistas ingleses y con todos aquellos que se sintieran dolidos", expresó el ex jugador.