El Barcelona logró tocar el interruptor de una luz que estuvo a punto de apagarse en el Camp Nou. Leo Messi, con cara de pocos amigos, se atrevió a lanzar el penalti que tendría la capacidad de apaciguar unas aguas que no están ni mucho menos calmadas. El argentino no falló, pero tampoco sonrió.
El mismo rostro presentaban jugadores como Gerard Piqué y el propio Luis Enrique. El asturiano salió crítico a la rueda de prensa, sabiendo que el chaparrón de preguntas iba a intentar poner en jaque su estado de ánimo.
"Esos pitos sí los entiendo. Para eso soy el entrenador y después de lo de París acepto cualquier crítica pero los jugadores necesitan ayuda y estar en las mejores condiciones. Creo que no nos ayuda", afirmó.
Ahora, la continuida de 'Lucho' es una incógnita. El presidente Josep María Bartomeu ya dejó claro que quiere una renovación para Luis Enrique, pero la directiva ya está buscando al mejor sustituto.
Según confirmó el diario 'Daily Express', Mauricio Pochettino está ganando de largo esta carrera. En la Ciudad Condal gusta el técnico del Tottenham por su conocimiento de LaLiga, así que es el entrenador que más crédito tiene, si Luis Enrique decide abandonar el barco, en hacerse con las riendas del Barcelona.