"Fue un buen partido, porque ambos equipos queríamos ganar", declaró sobre el difícil encuentro ante el filial sevillano en un feudo tan complicado que aún fue más duro por el caluroso clima que hizo por esa zona el día del partido.
Asimismo, comentó la clave de haber logrado una sola derrota en sus últimas 10 jornadas: "El equipo ha cambiado la mentalidad en todos los aspectos. Ahora tiene una mentalidad de uno ganador".
Sobre el hecho de haber encajado dos goles entre minutos ante el Sevilla Atlético después de que los tarraconenses estrenaran el marcador: "Si el equipo se relaja, pasa lo que pasa".
Además fue franco y sincero sobre el tema de dejar de fijarse en los demás, para centrarse únicamente en ellos mismos: "Tenemos que pensar en dar lo máximo".
También comentó que él cuando sale al campo no solamente intenta rendir muy bien por el club y la afición, sino también por su familia: "Mis hijos comen del Nàstic".
"La afición tiene que entender que es muy importante para nosotros. Con la ayuda de la afición se nota", apuntó sobre el hecho de jugar el próximo viernes a las 20 horas, un horario muy complicado para mucha gente.
Respecto al desgraciado lance de caer en las semifinales del Play Off de ascenso ante Osasuna la pasada temporada y hacer una primera vuelta muy mala en la vigente, también fue contundente: "El año 2016 ha sido un año de reflexión para todo el mundo".
De Juan Merino dijo que es un entrenador que trabaja mucho para preparar cada duelo de la mejor manera posible: "El entrenador también se juega el cuello".
Achille habló de que ha olvidado su difícil paso por Tokushima Vortin japonés tras volver al Nàstic en el pasado mercado invernal: "Tengo la sonrisa en la cara ahora mismo".
Finalmente, comentó que el club nastiquero aún no le ha ofrecido la renovación para la siguiente temporada, pese a que en "su mente" espera que la entidad presidida por Josep María Andreu la lleve a cabo en algún momento.