El equipo que asesinó su propia historia y la de sus aficionados

Nació hace más de 80 años, en 1933, con la fusión de los dos equipos de Salzburgo, la cuarta ciudad más poblada de Austria. El Hertha y el Rapid unieron sus fuerzas y sus rasgos más característicos en un casamiento que concebió al SV Austria Salzburg.

Ni la fusión tuvo el efecto esperado, ni el equipo regaló alegrías a los vecinos de Salzburgo. Pasaron justo 20 años hasta que alcanzó la máxima categoría austriaca, donde se tuvo que medir con los equipos de Viena, la capital, que se encontraban a años luz en lo que a nivel respectaba.

El Austria Salzburg nunca fue un equipo referente. Alternaba ascensos con descensos, pocas alegrías con más penas. Sufrir y respirar, lo que es el fútbol. Pero esa mentalidad de equipo humilde cambió cuando una empresa llamada Casinos Austria llegó a la ciudad.

Exito futbolístico de la mano del empresarial

Patrocinando al equipo y cambiando su nombre a Casino Salzburg, el club recibió en 1978 una inyección económica estratosférica que le llevó a ganar en tres ocasiones la Liga de Austria durante la década de los 90 y que incluso le ayudó para alcanzar una final de UEFA (1994) en la que cayó frente al Inter.

Justo 20 años después de que Casino impusiera su denominación a un club que había pasado de ser un ascensor a alcanzar la cima, la compañía financiera Wüstenrot-Gruppe se convirtió en patrocinador principal, cambiando el nombre del club a Wüstenrot Salzburg. Su tercer nombre, y el último que respetó su historia.

Si bien Casino y Wüstenrot tan sólo ejecutaron una acción de 'marketing' sobresaliente años atrás, la multinacional austriaca Red Bull fue más allá. Mucho más allá. Aterrizó en Salzburgo en 2005 y se puede decir que ese año desapareció el espíritu de Casino, de Wüstenrot y del Hertha y el Rapid que se unieron 72 años antes. 

Red Bull, el asesino de la historia

Fue eso lo que buscó la mastodóntica compañía de bebidas energéticas. A su llegada, el tradicional color violeta del club pasó a ser rojo y el histórico escudo que portaba en su pecho el equipo de Salzburgo pasó de ser un futbolista corriendo con un balón dentro de dos círculos, a ser dos toros rojos (imagen de la marca) en el instante previo a una embestida.

Las quejas se sucedieron. La identidad del club había muerto porque, como explicaba el presidente de Red Bull, el toro "no podía ser violeta porque es 'red". La imposición del nuevo patrocinador, cuya primera iniciativa fue, tal y como hicieron Casino y Wüstenrot, renombrar al equipo como 'Red Bull Salzburg', fue la de acabar con la historia previa de la entidad.

Además de sustituir los colores tradicionales y cambiar por completo el escudo, se llegaron incluso a esconder los trofeos logrados en el pasado. La tensión fue tal que se llegaron a expulsar a aficionados del estadio sólamente por vestir con camisetas antiguas, de cuando Casino o Wüstenrot patrocinaban al club.

Las protestas llegaron tan lejos que los abonados recibieron camisetas actuales gratuitas. Como amnistía, y con el objetivo de calmar un poco a la marabunta protestante, se incluyó en el equipo un balón de fútbol del mismo aspecto que el que sobresalía del escudo tradicional y se incluyó en el palmarés de la web del equipo todos los títulos conquistados en la 'era pre Red Bull'. Pero esas decisiones no evitaron que una serie de seguidores molestos fundaran un club, el Austria Salzburg, que hacía honor a sus inicios. 

El último capítulo de esta historia aconteció durante el pasado verano, cuando el club tuvo que cambiar de escudo y de denominación (pasó a mostrar un FC Salzburgo) para poder jugar la Champions, ya que su participación chocaba con la del RB Leipzig, una entidad hermanado por la mayoría accionarial de la multinacional.