En uno de los partidos más importantes, ante el CSKA de Sofía, el guardameta cometió uno de esos fallos que hace que quieras que el suelo te trague. Para sorpresa de sus compañeros, la mala fortuna se cebó con su compañero.
Un pase atrás de un integrante de su equipo, sin aparente peligro, desembocó en una serie de infortunios que acabaron con un gol en contra. Justo cuando iba a despejar el esférico, la pelota botó y no logró acertar su lanzamiento.
El balón acabó dirigiéndose hacia su propia portería y, Cerniauskas, en su último intento para rechazarlo, estuvo apunto de darse con el poste. No fue su partido...
15 de septiembre de 2018