El Espanyol dominó claramente el partido en casi todas sus fases. Sólo hizo algo el Sporting en las rectas finales de los dos tiempos.
Parecía que a los de Abelardo les hacía falta ver que se les acababa el tiempo para reaccionar. Así ocurrió en la primera parte, y también en la segunda.
Hasta entonces, el partido fue prácticamente un monólogo del Espanyol, que sin embargo generó escaso peligro sobre la meta de Cuéllar.
Los goles, los tres, llegaron en la segunda parte. El primero fue obra de Felipe Caicedo, tras cabecear al fondo de las redes una falta lateral botada por Víctor Sánchez.
'Felipao' pudo haber anotado el segundo, cuando Cuéllar despejó un balón directo al delantero ecuatoriano, pero el árbitro consideró que el balón le impactó en la mano.
Podemos decir que el colegiado salvó al 'Pichu' Cuéllar de firmar una actuación ridícula. Falló en el primer gol, saltando a despejar muy mal, muy tarde, y pudo haber redondeado el esperpento si este gol hubiera subido al marcador.
El partido parecía dominado y controlado por el Espanyol, y como en la primera parte, los de Quique Sánchez Flores levantaron el pie del acelerador y dejaron hacer al Sporting.
Dejaron hacer demasiado, porque los de Abelardo comenzaron a encerrar al Espanyol en su campo, en su área. El asistente levantó el cartelón, tres de descuento. Le tocaba sufrir un poco más al público de Cornellà.
La tuvo, de cabeza, el Sporting, pero Diego López no parecía dispuesto a dejarse batir. Detuvo el testarazo, sacó rápido y Leo Baptistao lanzó un contragolpe demoledor.
Se plantó mano a mano con Cuéllar y sentenció el partido... O no. Porque un minuto después Duje Cop anotó un golazo de falta a un minuto de que terminase el descuento.
El Sporting se quedó sin tiempo, sin premio, pero hubiera sido injusto que 'rascase' un punto de un partido que únicamente disputó durante 20 minutos a su rival.