En partidos así, el bien de uno es el mal de otro. Osasuna y Espanyol llegaban a la quinta jornada sin conocer la victoria, con la presión que eso supone, sobre todo para un proyecto como el banquiazul, en el que se han invertido dinero y esperanzas. La tensión pudo palparse durante los 90 minutos. El miedo a encajar, las dudas a la hora de rematar. Un todo que acabó en un partido nervioso que terminó favoreciendo a los visitantes.
Como siempre, la calidad marca diferencias. El Espanyol no se personó mucho en el área de Mario, pero de cuatro claras que dispuso, logró embocar dos. Primero Baptistao, al borde del descanso, con un testarazo prodigioso. Hasta el 0-1, el campo estaba volcado hacia la portería local, pero el fútbol tiene estas cosas.
Oriol Riera salió tras el descanso e hizo retroceder a la defensa del Espanyol, que sufrió con los balones largos hacia el delantero. Y en un error defensivo en la salida, Osasuna robó y consiguió el empate. Gran remate de Sergio León para firmar su primer tanto en Primera División.
El 1-1 abrió el partido, Osasuna quiso más y acabó perdiendo a la contra. Sensacional jugada individual de Gerard Moreno para sacar tres puntos de El Sadar e insuflar una bombona de oxígeno tremenda al proyecto de Quique en Cornellá. Todo, a costa de un Osasuna que sigue sumado en la parte baja con apenas dos puntos de 15 sumados.