Ya sabemos todos el buen golpeo de balón que atesora Bruno Fernandes. La pasada temporada se destapó con golazos, buenos registros ofensivos y su talento innato.
Sin embargo, esta vez le hicieron todo el trabajo. A los cuatro minutos, un lejano latigazo del jugador del Sporting parecía morir sin peligro en las manos de Mignolet. Pero algo salió mal.
El portero belga no logró atajar la bola. Realizó la clásica posición de recepción, pero el cuerpo quedó ligeramente más alejado de la pelota. Esta rebotó en su mano derecha y acabó dentro de la portería.
Eso sí, el zapatazo de Bruno dejó a su paso una titubeante y confusa trayectoria del balón que ayudó al error de Mignolet.