Una de esas imagenes sobrecogedoras. Ruffier, alrededor del minuto 29, saltó a la altura del punto de penalti con intención de despejar el balón colgado por uno de sus rivales y golpeó, por mero accidente, a su compañero, que quedó tendido sobre el césped.
Pronto se dieron cuenta los jugadores del Saint-Étienne que lo de Subotic era más grave de lo que parecía. El defensor pronto comenzó a sangrar y los servicios médicos hicieron su entrada en el terreno de juego para atender al protagonista.
Con una aparatosa solución para poder trasladarle, Subotic fue llevado en camilla fuera del verde y, posteriormente, le llevaron al hospital más cercano para hacerle las pruebas médicas necesarias.
Finalmente, su equipo cayó por 3-2 en su visita a Burdeos gracias al gol de Pablo en los instantes finales del encuentro.
5 de diciembre de 2018