Los primeros 45 minutos transcurrieron sin una clara superioridad por parte de ambos conjuntos, en el que únicamente dos disparos de Barry crearon peligro sobre la meta de Shay Given.
El Everton hizo una fuerte presión sobre el Stoke, dejando poco margen para la imaginación y para combinar entre líneas, impidiendo además los contragolpes del Stoke, su principal arma.
Ya en la segunda mitad, el discurso del partido cambió y en el 51', la mala suerte se cebó con Given. Leighton Baines no convierte el lanzamiento de penalti, pero con tal mala suerte de que el balón rechaza en el poste y golpea en la espalda del cancerbero del Stoke, firmando el 1-0 que sería definitivo.
A partir de aquí el Stoke apretó con buenas jugados a la contra, pero el empate no llegó finalmente al marcador.
El Stoke se queda último de la Premier con tan solo un punto y el Everton confirma el buen arranque de esta temporada, dirigido por Koeman.