Las supersticiones están a la orden del día en el fútbol. Cada jugador se motiva para los partidos de una forma distinta, pero nunca habíamos visto a nadie que hiciera lo de Walter Kannemann.
El jugador de Gremio, antes de un importante choque en la Libertadores, se golpeó en la cabeza, en el pecho y en los brazos brazos en el túnel de vestuarios antes de saltar al césped.
Un extraño ritual que le sirvió tanto a él como a su equipo, que venció por 0-3 el encuentro de ida de las semifinales y tiene pie y medio en la gran final de la Libertadores 2017.
La Libertadores es para guerreros y Walter Kannemann lo tiene claro. Su ritual previo al partido.pic.twitter.com/qC8mKZphGE
— VG SPORTS (@VGSports_) 27 de octubre de 2017