Solo seis minutos más tarde del tanto de Depay, Federico Bernardeschi tuvo la opción de igualar la contienda, lo que hubiera dado a la Juventus mucho más tiempo para lograr la remontada.
El extremo se inventó una de las mejores jugadas de toda la Champions League. Agarró el balón en el costado derecho y salió entre tres rivales por velocidad y dejó atrás a uno más antes de llegar a línea de fondo.
Se internó en el área y Guimaraes no se atrevió a tocarle por el miedo a provocar un penalti. Dejó tumbado a Lopes con un amago de pase de la muerte y, cuando estaba solo ante la línea de gol, apareció Marcelo para mandar el balón a córner.