El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, y la estadounidense Megan Rapinoe, elegida como 'The Best' a mejor jugadora de la última temporada, levantaron la voz en sus discursos en la gala del teatro La Scala de Milán y pidieron unión entre los grandes deportistas para erradicar el racismo del fútbol y de la sociedad.
"Hay que decir que no al racismo, en el fútbol como en la sociedad. No hay espacio para ninguna forma de racismo. Pero no es suficiente decirlo, hay que luchar contra todo esto, para que se quede fuera del fútbol y de la sociedad, en Italia y en el resto del mundo", afirmó Infantino en su discurso.
El presidente de la FIFA se refirió a los recientes casos de cánticos racistas oídos en Italia contra el belga Romelu Lukaku, del Inter de Milán, el marfileño Franck Kessie, del Milan, y el brasileño Dalbert Henrique, de la Fiorentina.
En el caso del lateral fluminense, el colegiado del partido Atalanta-Fiorentina interrumpió el partido por cerca de tres minutos, aplicando el reglamento de la Federación de Fútbol italiana (FIGC), que prevé la interrupción o el abandono de un encuentro ante eventuales actitudes discriminatorias de las aficiones.
El majestuoso escenario de La Scala contó este lunes con glorias como los brasileños Ronaldo Nazário y Roberto Carlos, los españoles Carles Puyol y Michel Salgado, el holandés Marco Van Basten, los argentinos Sebastián Verón y Santiago Solari, los italianos Andrea Pirlo y Fabio Capello, el portugués José Mourinho o el danés Peter Schmeichel, entre muchos más, y fue aprovechado por Megan Rapinoe para destacar la responsabilidad de las estrellas del fútbol.
"Hay algunas historias que son las que más me inspiraron. Fueron las de Sterling yKoulibaly, por la manera en la que encararon los asquerosos casos de racismo", explicó en su discurso.
"Las historias de Sterling y de Koulibaly me inspiran, aunque también me hacen sentir un poco triste. Pero si queremos un cambio, todos los demás futbolistas debemos levantar la voz contra el racismo", subrayó.
"Tenemos una gran oportunidad al ser profesionales, tenemos mucho éxito, contamos con grandes vitrinas. Podemos usar este magnífico juego para cambiar el mundo para mejor", concluyó la campeona del mundo estadounidense, muy activa en defensa de la igualdad en el fútbol y en la sociedad.
Y es que el racismo sigue siendo una auténtica plaga social. Los casos de cánticos racistas en las gradas se suceden peligrosamente en los últimos meses y la falta de castigos adecuados a los responsables dificulta su erradicación.
Muchos jugadores, entre ellos el ex capitán de la Roma Francesco Totti, pidieron usar las cámaras de seguridad de los estadios para identificar a los responsables, multarlos y expulsarlos de los coliseos. Es decir, aplicar penas individuales y no limitarse a sancionar a los clubes por la denominada "responsabilidad objetiva".
En Italia, los clubes son considerados responsables de lo que ocurre en los estadios, lo que otorga indirectamente un peligroso poder a los aficionados radicales.
En este sentido, es fundamental que el Estado italiano vuelva a tomar el mando de los estadios, en los que se multiplican casos de chantaje y amenazas a los clubes por parte de los ultras, que aprovechan el deporte para tener beneficios y ganar dinero.
Es lo que ocurrió con los grupos de ultras de la Juventus, que conseguían entradas para revender y otros beneficios amenazando al club con entonar cánticos racistas y provocar de paso duras sanciones económicas y deportivas a la entidad.
El cuadro turinés denunció estas extorsiones y la Fiscalía piamontesa arrestó la semana pasada a 12 líderes de grupos ultras del Juventus, acusados precisamente de chantaje, asociación para delinquir y amenazas.
Una clara necesidad de difundir los valores de la legalidad y de la deportividad en la que los futbolistas cuentan con una posición privilegiada, al tener con sus comportamientos una repentina influencia sobre los aficionados, tal y como destacaron Infantino y Rapinoe en una gala 'The Best' que fue el perfecto escenario para animar a la lucha al racismo.