El equipo galo, con grandes futbolistas en sus últimos años de carrera (Makelelé, Zidane, Barthez, Vieira y Thuran, entre otros), fue la primera piedra en el camino de España tras superar la fase de grupos.
Con una medular casi igual a la de esa selección que ganó el Mundial del 98 y la Eurocopa del 2000, nadie apostaba por Francia. Poca sangre nueva frente a un equipo con la ambición de ir a por todo... pero en el fútbol, la experiencia se paga.
Y así, comandados por un Zidane que vivía los últimos partidos de su carrera, Francia se comió a España, pese a comenzar perdiendo por un gol de Villa. Ribéry, Vieira y el propio Zinedine se encumbraron en uno de los mejores partidos de su selección en un Mundial que sólo se le escapó por la falta de fortuna en la tanda de penaltis.