En Francia se había conformado un grupo de diálogo social, entre LFP, clubes y sindicatos de jugadores, con el objetivo de llegar a un acuerdo que permitiera la supervivencia del fútbol a la crisis del coronavirus.
El acuerdo, salido de la última reunión entre Jean-Pierre Caillot, presidente del Stade de Reims, y Philipphe Piat, co presidente de la UNFP (principal sindicato de futbolistas de Francia), será vinculante en cuanto se haga oficial.
Dicho acuerdo afectará a los 20 equipos de la Ligue 1 y a los 20 de la Ligue 2. El recorte no será indiscriminado, sino que afectará más a los que más cobran y durará hasta que se reanude el campeonato.
Según detalla el diario 'AS', los futbolistas que perciban más de 100.000 euros mensuales sufrirán una rebaja del 50%; un 40% se les recortará a los que cobren hasta 100.000 euros, un 30% a los que lleguen a 50.000 y un 20% a los que estén entre 10.000 y 20.000 euros mensuales.
Con esta medida, la LFP pretende dar un balón de oxígeno a los clubes, sobre todo después de que los principales operadores se negaran a abonar los derechos televisivos que estaban por pagarse.
Francia cabalgó, como casi todo el fútbol, la ola de los millonarios ingresos televisivos, y esta temporada destinó 140 millones de euros más que la anterior al pago de sueldos de sus jugadores.