Un robo en campo contrario propición un contragolpe por banda derecha que culminó con un centro raso para que Frank Ribery la empujara a gol. Estaba sobre la línea de meta, pero el extremo francés no fue capaz de culminar la jugada.
Con el portero batido y todo a favor, Ribery la chutó tan mal que el balón salió hacia atrás y volvió a las manos del portero. Inexplicable. Al menos se resarció anotando un golazo, el primero de los tres que marcó el Bayern esta tarde.