Ni con Lucas Alcaraz ni con López Garai. El Albacete no levanta cabeza y su situación actual pinta fatal. Nueva derrota, esta vez iniciada por el propio equipo, ante un Girona que aprovechó a las mil maravillas el gol en propia puerta de Kecojevic. Hasta entonces, el duelo estaba siendo entretenido y disputado.
Lo comenzaron mejor los catalanes, que asentaron un verdadero asedio a la portería de Tomeu Nadal. Todas las ocasiones eran suyas y bien el portero machego o bien el desacierto de los delanteros iba procurando tiempo a los locales para madurar su inferioridad y golpear de vuelta.
Y así fue. Álvaro Jiménez tomó las riendas del equipo y transformó el duelo en uno abierto y bastante más igualado. Proveía a Zozulya de balones que el punta canalizaba hacia la portería de Juan Carlos y él mismo se vestía de rematador. Incluso estuvo a centímetros de meter un golazo por la escuadra.
En la otra punta del campo, Sylla tampoco estaba acertado a pesar de que tuvo varias claras y hubo que esperar a la diana de Kecojevic en su propia portería para celebrar un tanto. El central no despejó nada bien un pase raso de Luna y lo mandó a la red de Tomeu Nadal por el palo corto.
Curiosamente, el gol llegó en un momento en que el Albacete estaba consiguiendo tutear al Girona. Unos minutos antes, Monchu había salvado bajo palos un testarazo bombeado de Zozulya que iba a ser el 1-0 y que llevó al 0-1, con el que se cortó en seco el ritmo de los de López Garai.
Ya más sueltos con la mínima ventaja, los de Francisco Rodríguez sentenciaron el duelo. La reacción local, como en la primera mitad, la condujo Álvaro Jiménez, esta vez con un tiro al larguero, y la extinguió Pablo Moreno empujando al fondo de las mallas un pase de la muerte de Bárcenas. Nueve partidos seguidos ya del 'queso mecánico' sin ganar. Los catalanes toman el camino de la victoria de nuevo.