El Girona estará en la final del 'play off' de ascenso a Primera tras anular el intento de remontada del Almería desde el primer momento. Un gol tempranero de Samu Sáiz dejó con un palmo de narices al equipo de José Gomes, que se estrelló con un rival serio y bien plantado.
Le toca irse al rincón de pensar al conjunto indálico, que se plantó en esta eliminatoria con su quinto entrenador. El quipo no salió de la zona de 'play off' en todo el año, tuvo sus subidas y bajadas como todos, pero se ha acabado desdibujando. Y cuando se le puso delante el espejo del Girona, se notaron las costuras. Aun así, lo que denota lo visto es que hace falta continuidad.
Y es que el conjunto gerundense fue un ejemplo de saber estar. Sacó músculo, entendió cómo manejar los tiempos y se acabó marchando a casa dando un serio aviso al rival con el que se mida en la final. Primera está a tiro de dos partidos y en este tipo de eliminatoria, a la vista está, se mueve como pez en el agua.
Por supuesto, lo que definió todo fue abrir rápido el marcador. Al Almería no le dio tiempo a ilusionarse, tampoco a encontrar su sitio en el partido, cuando los de Francisco asestaron un golpe casi mortal. A los cuatro minutos de partido, un trallazo de Samu Sáiz pilló mal a Sivera, que seguramente pudo hacer algo más, y condicionaba el devenir de los siguientes 86 minutos.
El Almería pecó de indefinición durante muchos minutos. Estaba en tierra de nadie, porque no sabía si tener el balón o entregarlo. Con él andaba impreciso, y sin él concedía demasiado a un Girona que podía sentenciar. Pero los indálicos también tienen mucha tela, no estaban aquí por casualidad, y en una individualidad de José Carlos Lazo llegó el empate. Diagonal de libro, se abrió espacio en la frontal y batió con un disparo raso al palo largo a Riesgo.
A partir de ahí mejoró el Almería, que se encontró con las llegas de Corpas y la movilidad de Darwin Núñez. Aun así intervendría Sivera a una acción que parecía gol cantado de Stuani, que otra vez en la sombra incordiaba, ganaba todos los cuerpeos y regalaría poco. Aquí paró el meta, pero no perdonó más.
La tensión fue aumentando durante la segunda parte. Le convenía al Girona, que intentó parar el partido para evitar un ida y vuelta que le abriese en canal. Jugó con la psicología del Almería, que conforme pasaban los minutos iba sumando efectivos arriba. Entró Appiah, también Fran Villalba, Balliu se lanzó al ataque con descaro... pero nada.
El tiempo pasaba. Mojica se tuvo que marchar con una lesión muscular que pinta fea, le sacaron del campo en camilla. Y entre una cosa y otra, llegó la sentencia. Decíamos que Stuani puede equivocarse una vez. En la anterior pudo estar algo lento, pero la que tiene clara, la clava. Y así fue.
Con el conjunto almeriense a la desesperada, Samu Sáiz ganó por enésima vez la espalda a la defensa y fue generoso para cederla en el área pequeña al delantero uruguayo. Trigésimo gol de la temporada para Stuani, que tiene la categoría de patio de recreo, y billete directo hacia la final.