Hay goles que no sirven para mucho pese a su belleza. El de Donny van de Beek en el campo del Groningen fue un ejemplo. El Ajax perdía 2-0 cuando el centrocampista se sacó de la chistera un recurso espectacular para darle esperanza a su equipo.
Corría el minuto 72 del choque en el estadio Euroborg. Un balón colgado al interior del área lo controló de pecho Tadic. El delantero quiso pescar un remate en un principio, pero entonces vio la llegada desde atrás de Van de Beek.
Desde más allá del punto de penalti, el medio holandés, que también había tratado de controlar el esférico con la cabeza, se dio la vuelta para entrar como un cuchillo caliente en una barra de mantequila. Midió los tiempos y se perfiló para sacar una volea espectacular.
Con la derecha y sin pensárselo soltó un latigazo que botó en el césped y llegó a tocar Padt, cuya estirada para evitar el 2-1 fue inútil. El tanto del holandés no sirvió para nada porque en los 18 minutos restantes el Ajax fue incapaz de empatar, pero queda para el recuerdo.