No fue la noche de Nino. El balón quedó muerto en la frontal y el futbolista realizó un extraño movimiento que acabó con el esférico en el fondo de su propia portería.
Como si estuviera rodeado de rivales, el defensa local despejó la pelota con la mala suerte que le hizo una vaselina a su propio guardameta. Nadie se lo podía creer en el estadio.
Hasta sus compañeros de equipo se quedaron sorprendidos por la acción que le costó un tanto de su equipo y la posterior derrota. Criciúma terminó perdiendo el encuentro por 1-3.
1 de mayo de 2018