El propio James se encargó de hacerle cumplir un sueño. Y es que, cuando terminó el encuentro ante el Granada (5-0), el 'cafetero' le hizo un regalo muy especial.
Se acercó a la grada y señaló a un niño y le tiró su camiseta. El pequeño no podía creer lo que tenía entre sus manos y se marchó feliz a su país.
El niño viajó desde Lima a Madrid, con escala en Amsterdam y Barcelona, y consiguió un tesoro muy preciado.