A sus 20 años, la progresión de Havertz dio el pasado curso un salto estratosférico. El atacante pasó de marcar cuatro goles en 35 partidos (2 como titular) en la 2017-18 a anotar 20 tantos y disputar 42 encuentros (sólo dos como suplente) en la 2018-19.
Mätthaus no es el único que se ha quedado prendado del atacante, que puede jugar volcado a la derecha o por detrás del delantero. Y es que los grandes clubes de Europa ya le han echado el ojo. Por eso y porque su calidad y talento lo piden, está ante su gran año.
A Havertz le toca dar el gran paso. Ese que diferencia a los buenos jugadores (o muy buenos) de los 'crack's'. De los llamados a resonar en la historia por mucho que pasen los años cuando cuelguen las botas.
De hecho, en su primera aparición oficial ya ha respondido. Marcó ante el Alemannia Aachen en la DFB Kopal, iniciando el curso como cerró el pasado, cuando logró siete goles en las siete últimas jornadas.
La primera parada liguera hacia el estrellato está en casa. El Bayer Leverkusen recibe al Paderborn, un recién ascendido que podría ser la primera víctima del hambre de Havertz.