El Granada se llevó un teórico duelo directo por evitar el descenso que reafirma a los de Diego Martínez en la zona alta tras un pequeño bache. El Alavés sigue con su rémora lejos de Mendizorroza.
Se cumplieron los papeles en Los Cármenes y el Granada machacó a un Alavés bipolar, capaz de lo mejor en casa y minimizado al máximo fuera de casa.
El 3-0 hace justicia a lo visto sobre todo en la segunda parte, pues en la primera las cosas estuvieron bastante igualadas. Puertas y Lucas Pérez comenzaron con las hostilidades y Granada y Alavés incluso se repartieron ocasiones y lesionados, pues tuvieron que abandonar el choque antes de tiempo Pina y Quini.
Tras el paso por las duchas, con el miedo en el cuerpo para el Granada por dos ocasiones claras del Alavés, las cosas cambiaron. El Granada se adelantó pronto después de un centro medido de Víctor Díaz que cabeceó a la red Carlos Fernández en plancha.
Enseguida llegó el segundo. Manu García cometió penalti por mano y Soldado no se complicó para superar a Pacheco.
El 2-0 ya aclaró bastante las cosas para los locales y la roja a Wakaso no hizo sino terminar de decantar la balanza. Con 20 minutos por delante, aún hubo tiempo para que Yangel pusiera el sello a su gran partido con un buen gol.
El tercer tanto terminó de hundir a un Alavés desquiciado, que aún se quedaría con nueve hombres después de una patada con los tacos de Laguardia a Carlos Fernández.
El triunfo deja al Granada cerca de los puestos europeos y con un botín, 24 puntos, espectacular de cara a la salvación. El Alavés, renqueante fuera de casa, se queda con 18 y seguirá mirando hacia abajo.