El partido y, por ende, esta crónica podrían ser contados desde dos caminos. Bien distintos pero bien reales. El Atlético llegaba sin convencer, con tres jornadas seguidas sin victoria y con sequía goleadora. Rompió todo eso y esa novedad podría ser empleada para contar el partido. Pero eso ya lo harán casi todos. Es innegable que el resultado manda, tanto para el entrenador, como para el periodista y como para el propio jugador. Pero no es esa toda la realidad.
Pero no siempre el héroe es el que sonríe. Y mucho menos en el fútbol. El merecimiento 'colchonero', que buscó el triunfo en todo momento, no está reñido con el reconocimiento que merece Sergio Herrera.
El portero de Osasuna nos regaló cuatro paradas de resúmenes de Youtube. De las que todo portero hace alguna vez en su vida. De las de fotos de portadas de periódicos. Pero lo hizo en menos de 45 minutos. He ahí la (gran) diferencia.
Al descanso, el Atleti hizo lo suficiente y un poco más para irse por delante en el marcador. El aficionado se comió el bocadillo con el 0 en el marcador, pero con la confianza en el corazón. Solo la espectacular actuación de Herrera impidió que el derrumbe de Osasuna se diese antes.
Comenzó con dos avisos el cuadro rojillo, pero el recital de su cancerbero comenzó en el minuto 7. Morata se quedo solo ante un Herrera que ganó la primera batalla de la noche. Cogió carrerilla el Atleti justo en el mejor momento de Joao Félix. Un control en el aire, varios regates, un caño... El portugués se lució, pero no culminó su intenso 'show' con el gol en el mano a mano que, de nuevo, ganó el meta visitante. La gran conexión con Morata desbaratada por Herrera le hizo un poco más grande. El alimento del portero 'enrachado'.
Pasada la media hora, llegó el clímax de Sergio Herrera. Si su portería fuese un teatro, se puede decir que 'cantó la gorda' en ese instante. Un brazo de hierro evitó el tanto de Lemar, que encañonó sin éxito al guardameta. El rechace fue a parar a los pies de Saúl, pero una vez más logró desesperar a la grada el rojillo con otro vuelo marca de la casa. Ni cinco minutos tardó en convertir en orgasmo futbolístico una estirada hacia atrás para mandar al larguero un cabezazo de Joao Félix. No es recomendable verla. Es absolutamente vital.
Antes del pitido final de la primera mitad, Roberto Torres pudo mandar a paseo la justicia poética, pero el 0-0 se mantuvo reinando el Wanda durante los 15 minutos de descanso.
El recital de Herrera duró hasta el descanso, con una estirada estética y efectiva a Thomas como guinda. Los milagros, no por dejar de ocurrir, deben ser criticados. Y en su caso, no pudo hacer demasiado en los dos tantos, pero debe quedar en la retina su enorme aportación en los primeros 45 minutos.
Tanto varear... y cayó la aceituna
El Atlético ejerció de buen jornalero. Veía que el resultado no llegaba, pero siguió subido encima de la filosofía de la constancia. Pese a que Osasuna tuvo buenos minutos al inicio del segundo tiempo, los locales recibirían su premio en el ecuador del segundo periodo.
En el 67', Trippier, especialista en estas labores, puso el balón en la cabeza de Morata. El '9' firmó un remate perfecto: picado, con el giro de cabeza necesario y con la pizca de fortuna esencial en estos casos. Herrera no llegó, bajó de los cielos y siguió el segundo tiempo como un humano más.
El gol espoleó a Osasuna, pero también dio vida al Atleti. Los rojillos, valientes, se marcharon al ataque, lo que aprovechó el cuadro de Simeone para cerrar el partido. Saúl, a los 75 minutos, definió a la perfección ante Sergio y, con una picadita, terminó de vender las últimas piezas de pescado en la lonja.
El partido pudo tener algún gol más, pero ni Koke ni Morata anduvieron afinados en los últimos minutos. Al final, el Atleti suma un triunfo clave, se mete de nuevo en zona europea (al menos para la noche del sábado) y se reencuentra con la sonrisa. Aunque no solo las que la tienen son los héroes del partido.