Hizo falta una hora de partido para que Darida abriese el marcador. Los berlineses se las daban muy felices, pero en el descuento llegó Höfler a agüar la fiesta.
Empató el Friburgo con el tiempo cumplido, y el Olympiastadion se quedó helado. Por la fortuna estaba de su lado.
Schieber, que había entrado a cinco del final, fue el héroe de la tarde al anotar el tanto del triunfo instantes después de que Höfler hiciera el del empate. En el 90 la victoria era del Hertha, en el 93 se iban a repartir puntos, pero en el 95 Berlín volvió a sonreir.