El KFC Uerdingen tiene las horas contadas. El club, fundado en 1905, milita actualmente en la 3. Bundesliga, y deportivamente parece ajeno al drama que se vive en sus despachos.
El club está en la ruina. No hay dinero ni para pagar la inscripción la próxima temporada en la Tercera División alemana. Y en caso de que eso ocurra, tocará acudir a la temida refundación. A empezar otra vez desde abajo.
Hoy está en Tercera (y ni tan mal, pese a todas las dificultades, es décimo de 20, a cinco puntos del descenso, a siete de la promoción y a ocho del ascenso directo), pero tiempo atrás este club compitió en lo más alto.
Ha disputado 14 temporadas la Bundesliga, la última en la 1995-96, ya con la Alemania reunificada, pero su hábitat natual siempre ha sido estar uno o dos escalones por debajo.
En este siglo, el Uerdingen ha estado vagando entre la Cuarta y la Quinta División (la Regionalliga y la Oberliga), pero las tres últimas campañas las ha pasado en la 3. Bundesliga.
Sin embargo, la crisis ha golpeado tan fuerte al club que, como explica 'AS', en caso de no lograr atraer a algún inversor antes de que termine la temporada los actuales dueños no tendrán más remedio que cesar la actividad.
Adiós al fútbol profesional, a la academia, a los no pocos puestos de trabajo que genera un club a este nivel. Su actual presidente, Mikhail Ponomarev, insiste en que la situación es límite. Considera que hacen falta entre tres y cuatro millones de euros para salvar al club.
Sabe que la inversión es fortísima, sobre todo porque es un club sin patrimonio. Es centenario, pero no tiene estadio propio. "¿Qué tenemos? Una licencia para poder jugar en Tercera. Eso es todo", dijo Ponomarev, entre lágrimas, en la rueda de prensa en la que anunció esta dramática situación.
En definitiva, salvo que aparezca un comprador o inversor antes de que termine la temporada, esta será la última del KFC Uerdingen, un distrito de Krefeld, localidad a orillas del Rin, entre Duisburgo y Düsseldorf, tal y como lo conocemos.