No hay demasiados futbolistas que puedan decir algo así. El PSV le llegó a homenajear con una estatua en los alrededores del estadio en la zona sur del Philips Stadion, que también usa el nombre del delantero.
Consiguió anotar 429 goles en los 483 duelos que disputó con la camiseta del conjunto holandés. Su marca en una misma temporada -la 1956-57- fue de 43 dianas en 34 encuentros, una cifra que no consiguieron alcanzar ni Van Nistelrooy ni Ronaldo en sus respectivas etapas en los Países Bajos.
El PSV le firmó cuando tenía solo 15 años, pero pronto tuvo que emigrar después de que alguien le dijera que no tenía nivel suficiente. Emprendió una etapa en la Marina, donde estuvo tres años. Tras ello, volvió a calzarse las botas en el Brabantia. Allí demostró su alto rendimiento y el PSV decidió repescarle.
Solo consiguió jugar cinco encuentros con la Selección, pero sus actuaciones en su club todavía se recuerdan en el Philips Stadion. Un hombre que marcó una época en el país con su facilidad para hacer goles.