Seis puntos son los que separan al Huesca de la salvación. Los mismos puntos que ha conseguido en los últimos dos partidos. Un soplo de aire fresco para reengancharse y poner al rojo vivo el descenso.
Pese a que el cuadro oscense sigue en última posición, las dinámicas de ambos equipos dejaban mejor a los de Francisco, revitalizado tras el triunfo ante el Valladolid. De hecho, salió con mayor confianza a un Montilivi que empezó animando y acabó pitando a su equipo.
En los primeros minutos se veía en los ojos de los futbolistas el miedo y el respeto al rival. Había más ganas de no encajar que de marcar y dejar tocado al contrincante. Ello hizo que ni Bono ni Santamaría tuviesen demasiado trabajo en el inicio.
Lo intentó el Girona por la banda de Pedro Porro, que volvía a la titularidad tras una semana de descanso. También con Pere Pons, pero el centrocampista remató muy flojo a las manos del arquero del Huesca.
La racha de Chimy Ávila
Quien no avisó fue Chimy Ávila. Tras 'mojar' ante el Valladolid, el argentino volvió a demostrar que tiene más gol que lo mostrado en la primera mitad de la temporada. El argentino no se lo pensó dos veces a la hora de tirar un balón desde la frontal que salió fortísimo y pegado al palo de Bono.
Se rehizo bien el Girona, que tuvo en dos ocasiones consecutivas de Pedro Porro la oportunidad de firmar el empate. Sin embargo, el canterano del Girona se encontró en ambas ocasiones con un gran Santamaría.
Se paró el partido para atender a un Insua que se marchó en camilla y, precisamente tras eso, lo aprovechó el Huesca. Gran jugada de Juanpi, que debutaba y lo hacía como titular, para dejársela a Enric Gallego y este a Ávila, que firmó el doblete antes del descanso.
Reacción desde el banquillo
Quiso reaccionar Eusebio metiendo hombres de refresco tras el paso por los vestuarios. Pero ha perdido ese feeling el cuadro catalán que le hacía ir una y otra vez el área rival cual apisonadora.
El Huesca se replegó atrás, no dejó espacios en el campo e intentó salir a la contra para sentenciar el partido. Lo tuvo más cerca tras la segunda amarilla de Bernardo. Con 10, el Girona entregó sus armas.
Solo una jugada a balón parado que Juanpe estrelló en la madera y un remate de Stuani a las manos de Santamaría serían las últimas intentonas de un Girona en depresión en plena lucha por la salvación.
El Huesca revitaliza la lucha por el descenso, se queda a solo seis de la salvación y mete en más problemas aún al Girona, que encadena diez partidos sin conocer la victoria de forma consecutiva.