Con 19 años hizo su debut en la élite en las filas del Atalanta. Pazzini jugó 39 partidos y firmó nueve goles, una cantidad nada desdeñable teniendo en cuenta el tipo de fútbol que se hacía en la Serie A. Hacía, en pasado, porque la tendencia ha cambiado sobremanera en los últimos años.
La Fiorentina llegó para ofrecerle un salto de nivel a mediadpos de la 2004-05. En Florencia estuvo hasta invierno de la 2008-09, aunque sólo destacó en su última campaña con 13 goles. Antes no pasó de ser un revulsivo que nunca superó las 12 titularidades.
La Sampdoria, otro histórico, le echó el ojo en el mercado invernal y se marchó hacia Génova. Allí mostró su mejor versión hasta entonces: se hizo titular indiscutible desde el primer día, llegando a anotar 15 goles en 23 encuentros. No quedó ahí su gran rendimiento, ya que anotaría 21 tantos al año siguiente y 12 en media temporada de la 2010-11.
De nuevo la ventana de invierno le hacía cambiar de equipo. No era cualquiera la propuesta: el 'todopoderoso' Inter de la época. Pazzini volvió a caer de pie y marcó once tantos en 20 choques, aunque al año siguiente perdió el protagonismo en el Giuseppe Meazza.
Pero en el mismo estadio lo reencontró, esta vez, en el eterno rival. El Milan se hizo con el delantero, que pasó a engrosar la selecta lista de los que han compartido camiseta en la capital lombarda.
Por primera vez, Pazzini no era una solución de urgencia. Llegó en verano al cuadro 'rossonero' y, pese a alternar suplencias con titularidades, dejó 16 tantos en 37 partidos... hasta caer en el ostracismo. Los dos años siguientes apenas fue titular 14 veces. Firmó ocho dianas en 49 apariciones y fue entonces cuando tocó a su puerta su actual club.
El Hellas Verona se hizo con el punta en 2015, cuando este ya tenía 31 años. Desde entonces, suma 46 dianas en 121 partidos. Pero entre medias tuvo una aventura nada agraciada en España.
Fue el Levante el que tiró de Pazzini en invierno de la 2017-18 para reforzar su delantera. Sin embargo, no dio el nivel esperado y sólo participó en nueve encuentros (cinco de inicio) y abandonó el fútbol español con un único gol en su casillero.
El mal sabor de boca se lo quitó el pasado curso, cuando con 13 goles en 30 partidos tuvo buena parte de culpa del ascenso del Hellas Verona. Pero en pocos meses ha pasado de ser importante al banquillo y apenas participar.
Este curso apenas ha sumado siete minutos en dos partidos de la Serie A, aunque el Hellas Verona está más que necesitado de goles. Con seis dianas en ocho jornadas, sólo la Sampdoria marca menos que el cuadro veronés en el que, además, aún no ha marcado ningún delantero.