La situación deportiva del Foggia es tensa. Ubicado en puestos de 'play off' de descenso, la derrota en campo del Lecce en el célebre derbi de Puglia dejó, literalmente, pánico en los jugadores tras la violenta respuesta de algunos de sus ultras.
Poco después del final del encuentro, el coche de Pietro Iemmello, uno de los jugadores del Foggia, apareció calcinado aparcado en la calle de su casa. No quedó la cosa ahí, ni mucho menos, aunque él resultó el peor parado.
Porque los presuntos autores de esos hechos también habrían arrojado un artefacto explosivo al jardín de su casa. Por fortuna, pese a que el jugador oyó un ruido, no llegó a causar daños. Un vigilante de seguridad alertó de la presencia de dos encapuchados en las inmediaciones de la casa.
Tampoco tuvo consecuencias una carta bomba alojada en la sede de Tamma, de la cual son propietarios Franco y Fedele Sanella, los dueños del Foggia.
La investigación para encontrar a los culpables está en marcha. Se examinan las imágenes de las cámaras de seguridad en torno a la zona.
El comienzo de temporada ya fue difícil para el histórico club italiano, que tuvo que purgar una sanción de ocho puntos al inicio del torneo por lavado de dinero.