Ponzio recuerda la 'Superfinal': "El inconsciente juega más libre"

A sus 37 años y tras una larga carrera profesional a medio de camino entre Europa y Argentina, Leonardo Ponzio vive un momento dulce en el 'Millonario'. Campeón de la última Copa Libertadores, el plantel de Marcelo Gallardo es el equipo a batir esta temporada en Sudámerica.

No obstante y a pesar de las victorias, la labor del capitán no termina nunca, siendo muy importante el aprender del día a día en el trato con los compañeros. "Trato de no ser invasivo. Que yo entre a la pieza de un pibe que está hablando con la novia no tiene sentido. Pero sí el día en que Marcelo (Gallardo) hace el táctico, el día anterior al partido, soy de hablar ahí. Tuve muchos compañeros que me sirvieron de referentes. Afuera, tuve al 'Ratón' (Roberto) Ayala y a Gaby Milito", destacó.

Habla de la figura del capitán como responsabilidad, lo que en situaciones determinadas puede llegar a generar más situaciones de tensión y de estrés, que de propia satisfacción. Dos circunstancias inherentes al puesto.

"En el partido a partido de Libertadores, no te das cuenta. Cuando termina todo, cuando bajas, te cae la ficha. Hoy empezamos a asimilar lo que vivimos en diciembre. La inconsciencia sobre la responsabilidad ayuda. Cuando juegas semifinal o final, el inconsciente juega más libre. Más distendido. Eres tú. Cuando tomas responsabilidades, cambian las cosas", apuntó.

Además, Ponzio alabó el ambiente del vestuario de River, destacándolo como uno de los mayores síntomas de éxito en un club de fútbol, al tiempo que desveló los detalles de los momentos previos a la consecución de la Copa Libertadores.

"El viaje empezó bastante distendido porque pudimos ir con nuestras familias. Volamos casi diez compañeros con nuestros hijos o nuestras parejas. Los otros fueron por otro lado, no pudieron por una cuestión de cupo y tardaron en anotarse. Fue un vuelo agradable. Necesario. Íbamos a estar llegando para las fiestas con un mes sin poder verlos", señaló.

Y concluyó: "Llegado al momento, entrenábamos en el predio de Real Madrid. Pese a no ser en nuestra casa, porque es la gran mancha negra de todo esto, nos estábamos jugando algo ante el mundo. Teníamos mucha confianza. Sabíamos que queríamos jugar. No teníamos suspicacia por no jugar. Y fue lo que se demostró durante todo el partido. Porque pudimos ir perdiendo en un momento, pero nunca dejamos de jugar".