El increíble comienzo de Mancini en el Zenit

El Zenit, patrocinado por el consorcio Gazprom, es líder del campeonato con doce puntos, los mismos que el Lokomotiv, mientras el resto de favoritos -CSKA y Spartak- ya suman varios tropiezos.

El domingo el equipo de la antigua capital zarista aplastó al Spartak (5-1), entrenado por otro italiano, Massimo Carrera, en uno de los mejores partidos del Zenit en los últimos años.

En sólo un par de meses en el cargo, Mancini ha logrado rehabilitar a Kokorin, una de las grandes promesas del fútbol ruso, pero cuya carrera parecía condenada al fracaso debido a la desidia del futbolista y a diferentes escándalos fuera del campo.

Lo mismo ha ocurrido con Shátov, que al igual que su compañero se quedó fuera de la Copa Confederaciones, y que fue marginado por el anterior técnico del club, el rumano Mircea Lucescu.

Tras el fiasco de la pasada temporada, en la que el Zenit se quedó fuera de la Liga de Campeones, el club cambió de presidente y entrenador, introdujo cambios en el organigrama y realizó varios fichajes de futbolistas con futuro.

Precisamente, los tres jugadores argentinos fichados este verano están siendo de lo más destacado del Zenit en este inicio de temporada: el defensa Mammana (Lyon), el centrocampista Paredes (Roma) y el delantero Driussi (River Plate).

Además, colocó de central al serbio Ivánovic, que llegó la pasada temporada procedente del Chelsea, y ha condenado al banquillo al español Javi García, al ruso Dzyuba y al brasileño Giuliano, hasta ahora indiscutibles.

Al firmar un contrato por tres temporadas con opción a dos más con el club más rico de Rusia, Mancini prometió trofeos, es decir la liga, aunque el principal objetivo es volver a la "Champions" tras dos años en blanco.

Mancini, que estuvo sin trabajo durante el último ejercicio, ganó tres títulos de liga con el Inter y uno con el Manchester City, además de una copa turca en su única temporada con el Galatasaray.