Laurent Ciman ha conseguido paso a paso convertirse en uno de los mejores defensas de la MLS. Aunque ya es un experimentado zaguero que encara la última etapa de su carrera, no lo era cuando en 2015 decidió abandonar todo para irse al Montreal Impact de la MLS.
Internacional con Bélgica, se había labrado un nombre en el mundo del fútbol tras defender la camiseta del Standard de Lieja durante más de cinco campañas consecutivas. Sin embargo, un día su vida cambió. A su hija le diagnosticaron autismo y abandonó todo para que ella tuviera una vida más fácil.
"Cuando lo sabes, todo a tu alrededor colapsa", recuerda. Nunca había abandonado su país, pero este cambio repentino en la vida de uno de sus seres más queridos le invitó a aceptar la oferta del equipo de Québec.
Más de dos años después, la vida le ha demostrado que eligió el camino correcto. No es que la MLS sea una competición al uso, pues hay viajes constantes y partidos cada pocos días al estilo NBA, pero su esposa y su pequeña tienen una calidad de vida superior.
Ciman ya fue internacional con Bélgica en el Mundial de 2014, aunque apenas pudo participar. "Llegó un momento en el que quise romperlo todo", insiste para FIFA sobre aquella competición, que le llegó unos meses antes de que decidiera hacer caso a su cabeza y se mudara a la MLS.
"Nunca sabes lo que es ser fuerte hasta que ser fuerte es tu única opción", explica Ciman, que a los 32 años ha vuelto a despertar interés en Bélgica con Roberto Martínez y suspira por un Mundial en el que los suyos serán uno de los candidatos a hacer grandes cosas.
El vivo ejemplo de que nunca es demasiado tarde y de que el amor por la familia es más importante que los títulos.